FRANCIA : Hna. Pascale

Enviada en equipo de la capellanía a un hospital de la región parisina

De más en más es difícil para las familias o para sus cercanos de estar al lado de los enfermos que están hospitalizados: explosión de los lazos familiares, obligaciones profesionales y cansancio, pues muchas veces las familias viven alejadas de las personas hospitalizadas. Y a eso también se añade la soledad que deben vivir los enfermos migrantes o refugiados políticos.

 El perfil del paciente visitado cambió. Encontramos personas de todas las religiones o ateos, personas que se reconocen ser de culturas cristianas, pero confiesan que ya no practicar, que ya no creen.  El encuentro con la capellanía muchas veces es la ocasión de descubrir un rostro diferente de la Iglesia: no es la persona que va hacia la Iglesia, más bien es la Iglesia que va hacia ella.

Encontramos situaciones nuevas, pero ahí donde hay sufrimiento y un llamado, debemos responder presente. « ¿Quién soy para juzgar? dijo el Papa Francisco en el avión de retorno de Río de Janeiro. La vida muchas veces es compleja y es aquí, en esta vida, que se experimenta el « Encuentro » con Cristo. ¿Hoy el Cristo de San Mateo,  no nos dice : « Estuve enfermo, en la Cárcel, hice una PMA[1] con donación de ovocito, tuve una IME[2], soy homosexual, casado, divorciado y casado nuevamente, migrante sin papeles, san domicilio fijo… y ¡ustedes, me han visitado! » … ?

Y si a veces se llega al hospital con preocupaciones, con dudas, con cansancio, el encuentro con los enfermos nos reaniman y nos transforma, « ¡Es a Cristo que reencontramos en su fragilidad y el vino a aportarnos la Vida! ».

En colaboración con el personal del hospital, la capellanía es algo como el « hilo de transmisión » entre el enfermo, las familias, el personal de enfermería, las asociaciones, las parroquias… El compartir de los encuentros en nuestras visitas es una gracia para la vida en equipo de la capellanía, pues nuestra misión no la vivimos solos sino en equipo, en Iglesia.

Las reuniones mensuales nos permiten compartir la Palabra de Dios, de poner nuestra misión entre las manos del Padre en La Eucaristía, de evaluar nuestro compromiso y compartir momentos de relajación. ¡Todo esto refuerza la unidad y la solidaridad entre nosotros!

Hermana Pascale, Responsable de  Capellanía  Hospital