Francia : Hna. Marie Claire
Conciliar
¿La fragilidad, una bendición?
lo estoy ahora en Lyon donde enseño el braille a personas entre 23 y 81 años. Se pierde la vista por causa de enfermedad, a veces en relación con la edad. Hay historias personales dolorosas y, para muchas, volverse ciega es una etapa muy difícil de vivir.
Más bien que un curso es en un primer tiempo, un lugar de intercambio, porque para muchos el Braille se vive como el paso al mundo de los no videntes, entonces hay rebeldía, miedos. Hay que tener paciencia, respetar el ritmo y la historia de cada uno. Si no se acepta la discapacidad la persona no puede invertirse en el aprendizaje. Mi experiencia propia me ayuda mucho a comprender lo que viven mis alumnos. Muchas veces los cursos empiezan por discusiones indispensables para poder meterse en el trabajo. En este tiempo de intercambio se habla de la discapacidad y de las dificultades que significa para la vida de cada día.
Algunas etapas del aprendizaje presentan mas complicaciones y piden tiempo para sobrellevar las dificultades pero que alegría en el momento en que se supera el problema: los alumnos se sienten felices y se sobrepasan y vuelven a confiar en sí-mismos.
Doy cursos también a personas que no son ciegas pero que quieren aprender el braille para ayudar a otros. Por ejemplo una profesora que desea poder enseñar a no videntes.
Enseñar el Braille es una experiencia de relación muy bella, cada camino es único.
Hna. Marie Claire
Estoy muy impresionada por personas que tienen una voluntad extraordinaria.
Tantas fortalezas par vivir!